El edificio existente había sido realizado en tres periodos diferentes y cada una de ellas dejo huellas arquitectónicas diferentes entre sí, lo que generó una diversidad en las fachadas, como así también en su espacialidad interior.

La idea del Arq. Juan Carlos Sabate se basó en dos aspectos relevantes: transformar la Imagen Conceptual y optimizar el Funcionamiento.

Para ello se trabajó en el sentido de que sea un aeropuerto “diferente” y de arquitectura “típica”, transformándolo en el primer aeropuerto conceptualmente temático de la región, observando en su interior diversos aspectos que hacen a la paleontología, poniendo especial énfasis en unificar la fachada del edificio. Para lograr esa identidad que buscaban, unificamos todas las carpinterías de aluminio en la línea HA62 con una terminación en anodizado bronce claro para no contrarrestar con los marrones y ocres de las piedras. Se colocaron grandes paños vidriados que dejan ver el paisaje árido patagónico pero el verdadero atractivo del edificio es hacia el interior.

A modo de atracción se recreó un Jardín Temático, con elementos de la época paleontológica que le podrían dar el titulo al edificio como “Aeropuerto Museo”. Se incorporaron sectores para exponer y exhibir elementos arqueológicos apostando a la atracción del pasajero en tránsito y comunicar las maravillas arqueológicas de la zona.

La obra debió ejecutarse en 3 etapas, de tal manera que permitiera la operación del aeropuerto sin interferir en su normal funcionamiento. Las etapas fueron continuas y sin interrupciones. Con horarios nocturnos y diurnos.
Las grandes marquesinas vidriadas son el emblema del edificio que se destacan al llegar al aeropuerto.

Esta es una gran obra donde se priorizó la relación costo beneficio con excelentes resultados.

Proyecto: Arq. Juan Carlos Sabate